LA PORTADA DE HOY


Por: Alonso Ocampo

Publicado el: 2020-06-11

Cuarentena, estrés y niños


“Repetimos como loros que luego de esta pandemia, debemos hacer de nuestro planeta un mejor lugar para todos. Já, qué mejor podría ser si no estamos prestando la debida atención a aquellas personitas que serán las encargadas de lograrlo”.

No soy experto en el tema, así que mi visión es exclusivamente como padre, a diario escuchamos hablar del estrés que nos produce esta cuarentena, porque entendemos que los adultos somos quienes padecemos una carga muy alta de ansiedad, angustia y presión social, económica, laboral, etc.

En esa visión cerrada no entran nuestros niños y la pregunta sería ¿Acaso ellos no extrañan salir? ¿Acaso ellos no quisieran jugar con sus amiguitos? ¿Acaso ellos no quisieran manejar sus bicicletas, scooters?

Si ya tenemos una desatención escandalosa respecto de la salud mental,  y solo hablamos de ella cuando observamos crímenes crueles, pandillaje, violencia doméstica, bullying, suicidios de menores de edad. Si todo esto ocurre en situaciones "normales" por qué no podemos avizorar que los efectos de la pandemia serán muy traumáticos para millones de niños en el mundo.

Repetimos como loros que luego de esta pandemia, debemos hacer de  nuestro planeta un mejor lugar para todos. Já, qué mejor podría ser si no estamos prestando la debida atención a aquellas personitas que serán las encargadas de lograrlo.

Si no hay políticas de salud mental desde el Estado para el sector más frágil, como es nuestra niñez, haz lo que te corresponde como padre, disfrútalos, no los atosigues con tareas, obligaciones, las que tiene que hacer claro que sí, pero sin el rigor que te diga tu propia ansiedad, no les traslades la rabia de tu estrés, la aflicción de tu confinamiento.

Piensa un instante en el corazón de ese pequeñito que sufre en silencio por estar en medio de una situación anómala para su espíritu inocente, libre y creativo.

La receta es sencilla, ríe con él, conversa con él, juega con él, corre con él, salta con él, lee con él, mira dibujos con él, ayúdalo con sus clases sin renegar, sin forzarlo.

Probablemente lograrás que tu hijo no tenga rezagos importantes de esta anormalidad, donde el  uso compulsivo de mascarillas, alcoholes en gel parece interminable.